Tuesday, December 20, 2011

Dentro de 50 años



Dentro de 50 años...
El autor de la nota.
 
Mex Urtizberea
 
Dentro de cincuenta años poco va a importar cuánta gente fue a la plaza, dará lo mismo quién ganó la batalla del rating este año, serán del olvido los bailes eróticos de Nazarena Vélez, los jugadores que no entraron en la lista para el mundial de Alemania, los legisladores que armaron su monobloque, y también El Código Da  Vinci.

 
Lo que, definitivamente, sí estará presente es aquello que se haya hecho hoy por la educación.

 
Dentro de cincuenta años probablemente Kirchner sea el nombre de alguna avenida en Santa Cruz, Macri sea un apellido que se lea en una placa del club Boca Juniors o del Congreso, a Carrió se la podrá ver sólo en fotos, a Ben Laden en una estampilla de correo privado de Medio Oriente y a Bush en una estatua en una plaza perdida de Texas.

 
Lo que sí podrá verse, en vivo y en directo, y será imposible no ver, es lo que hoy se haya hecho por la educación.

 
Dentro de cincuenta años usted y yo seremos un recuerdo, todo dependiendo de nuestras acciones, o un olvido, pero no lo serán nuestros hijos ni nuestros nietos: para ellos será este país mal educado o bien educado, según lo que hoy se haga por la educación.

 
Dentro de cincuenta años no quedará ni rastro del debate sobre si está bien o mal que un niño use celular, si Maradona se droga o  no se droga, si María Eugenia Ritó es mejor vedette que Emilia Attias.

 
Lo que sí podrá encontrarse en cada rincón del país son los rastros del debate que se necesita abrir hoy sobre la educación.

 
Dentro de cincuenta años no será más que un número lo que se invierte ahora en seguridad, no le servirá a nadie lo que se haya gastado en campañas políticas, no será ni recuerdo qué comportamiento tuvo la Bolsa este año o a cuánto cotizaba el dólar.

 
Lo que sí se notará visiblemente es lo que hoy se invierta para educación.

 
Dentro de cincuenta años usted y yo seremos el pasado, como lo serán Kirchner y Macri, Nazarena Vélez, Carrió y el autor de El Código Da Vinci, y María Eugenia Ritó y los jugadores del Mundial, pero no lo serán nuestros hijos ni nuestros nietos: a ellos les tocará un presente de país educado, según lo que se haga hoy por la educación.

 
Y quien haga hoy algo por ella, quien muestre verdadero interés y se ponga a trabajar ahora apasionadamente para mejorarla, extenderla, financiarla, multiplicarla, quien se desvele para que llegue a todas partes, para que nadie quede afuera por razones económicas o geográficas, para que tenga calidad y que la calidad sea gratis, quien entienda que un país mal educado es un país condenado a muerte, y modifique este destino, entonces su nombre no será del olvido: dentro de cincuenta años estará presente en todos los rincones del país, será recordado con admiración y respeto.

 
Y no será sólo estatua, o calle, o foto, o estampilla...

 



Dedicado a  todos los que se ocupan de la silenciosa tarea de educar...





 
PASALO A TODOS LOS DOCENTES QUE CONOZCAS PARA QUE VEAN QUE ALGUIEN SE ACUERDA DE LA TAREA QUE REALIZAN COMO  ASI TAMBIÉN A LOS QUE NO LOS SON, PARA QUE VEAN LA IMPORTANTE TAREA QUE REALIZAN


  


-Nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo-



Mientras seamos capaces de amar solamente a nuestra familia o nación, seremos incapaces de amar a los demás, estamos limitados por los lazos del cariño y de la patria, cuando hayamos roto los lazos de la sangre y nos hayamos afirmando nosotros mismos y nos bastemos, podremos convertirnos en servidores desinteresados de la humanidad, cuando el hombre ha llegado a ese estado, encuentra que ha ganado a todas las familias del mundo, porque todos seran para el sus hermanos, padres, madres, aquienes debe cuidar y ayudar...Todos Somos Uno



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Sunday, December 11, 2011

Mu


1 - THE LOST CONTINENT OF MU: The Motherland of Men (Editada en 1.931)

En tiempos inmemoriales existía en el Océano Pacífico un extenso continente cuyo centro se encontraba situado un poco al sur de Ecuador. Este continente se llamaba MU. A juzgar por los vestigios que permanecen hoy en la superficie de los mares, su superficie cubría aproximadamente 10.000 km de este en oeste y alrededor de 5.000 km de norte al sur. Todas las islas del Pacífico, aisladas o en archipiélagos, formaban antes parte del continente de MU, devastado hace aproximadamente 12.000 años por un cataclismo. Terremotos y erupciones volcánicas destruyeron toda una civilización y las aguas del Pacífico absorbieron a toda una población, cifrada en 60 millones de habitantes. Las Isla de Pascuas, Tahití, las Samoas, las Islas Cook, las Tongas, el archipiélago Marshall, las Gilbert, las Carolinas, las Marianas Hawai y las Marquesas son todo lo que queda de este inmenso continente cuya existencia se confirma por innumerables leyendas indias, chinas, birmanas, tibetanas y camboyanas, así como por tablas, inscripciones y símbolos descubiertos en el Yucatan y en Centroamérica o en las islas de Oceania, sin hablar de los vestigios prehistóricos de Norteamérica, de las obras de los filósofos de la Grecia antigua y las inscripciones egipcias. Todos estos escritos prueban que este gran continente existió y que fue allí donde el hombre hizo su aparición sobre la tierra, hace 200.000 años.

El continente de MU era el jardín del Eden de la Bíblia. Durante su destrucción, su población era extraordinariamente civilizada y sus progresos científicos sobrepasaban los conocimientos actuales, lo que no es sorprendente, puesto que este pueblo tenía 200.000 años de experiencia, mientras que nuestros principios científicos apenas se remontan que a 500 años atrás. Las grandes civilizaciones de los antiguos imperios orientales, Babilonia, la India, Egipto etc... no fueron más que los últimos fuegos de la civilización de Mu, sus hijos que murieron.

Distintos vestigios son aún visibles hoy día como prueba de la existencia antigua de un continente perdido y entre ellos, uno de los más destacables es el de Tongatabu, un pequeño atolón de coral que pertenece al archipiélago Tonga. No hay la menor parcela de piedra sobre la isla y con todo se encuentra un inmenso monumento de piedra con forma de arco compuesto de dos pilares que pesan cada uno 70 toneladas, conectados por otro de cerca de 25 toneladas. Como no hay piedra sobre la isla (es un atolón de origen coralino) y que las islas más cercanas se encuentran a más de a 200 millas, uno se puede preguntar qué buques de los hombres de aquella época podían transportar tal masa de piedra.

James Churchward enumera así en su libro "Mu el continente perdido" una larga lista de vestigios titánicos que sólo representa, con todo, una parte de lo que se puede encontrar en las islas del Pacífico. Ante estas pruebas tangibles, pruebas innegables de una arquitectura avanzada y, por lo tanto, de una civilización avanzada, sólo se puede concluir que en un momento dado de la historia de la tierra, existió un extenso continente en medio del Océano Pacífico que abarca a todos los grupos de islas sobre los cuales se pueden encontrar vestigios antiguos y que este continente conocía un alto nivel de civilización.

« El continente perdido de Mu »

Este libro puso por escrito la teoria de Churchward : El excéntrico coronel nunció la preexistencia de un supuesto e inmenso continente perdido llamado Mu (tierra madre, después también llamado Lemuria), situado en el Océno Pacifico y centrado justo al Sur del Ecuador; que habría desaparecido hace millones de años y cuyos habitantes poseían características muy particulares. El continente era una enorme masa terrestre que cubría casi la mitad del océano Pacífico, se extendía desde alguna parte al norte de Hawaii, hasta el sur en las islas Fidji y Pascua, de más de 5000 millas (8,045 Km.) de amplitud de este a oeste, una tierra paradisíaca y tropical que se extendía a largo del sur del océano pacífico (entre América y las regiones comprendidas entre Asia y Australia), y más de 3000 millas (4,827 Km.) de longitud de norte a sur, (desde los Estados Unidos hasta Suramérica / Asia-Australia). Estaba integrado por tres superficies terrestres divididas entre si, por estrechos canales o mares, y poblado por los primeros seres humanos, que habían aparecido en Mu 200.000 años antes, desarrollándose para convertirse en una raza evolucionada de aproximadamente 60 millones de seres repartidos en diez tribus, la primera civilización del planeta (que existió antes y durante el período de la atlántida). Este vasto continente y su cultura eran el centro de la civilización hace unos 25.000 años y su historia fecha 200.000 años atrás.

Explicaba el coronel que habia tenido noticia de Mu por primera vez en la India, durante el hambre de 1866. Un viejo sacerdote hindú le había enseñado el nacaal, el lenguaje más antiguo que la humanidad haya articulado. Gracias a ello pudo descifrar la historia de Mu en unas vetustas tablillas de piedra escondidas en el templo del sacerdote. Según las tablillas, el hombre primitivo apareció en Mu hace dos millones de años y los habitantes de Mu eran los maestros y protectores de sus primos menos civilizados. Entonces el continente fue totalmente destruirlo por un cataclismo. Hubo, no obstante, algunos supervivientes, de los humanos primitivos surgieron las razas que actualmente habitan el globo y los habitantes de Mu abandonaron el continente y se dispersaron, de ahí se podría justificar que existan las armaduras de las diferentes tierras místicas, como las de Asgard, bajo el mismo concepto de piezas ensamblables en una sola figura y así.

Así, es gracias a Churchward que podemos añadir al continente de Mu a la galeria de mundos hundidos que han hecho soñar a los hombres. Mucho se ha hablado acerca del desaparecido continente de la Atlántida y su posible ubicación dentro del orbe terrestre, pero muy pocos saben acerca de la existencia de este otro continente, no en el Atlántico, sino en el Pacífico y en el cual surgió verdaderamente la humanidad y el cual es también conocido como el reino de Mu, o Lemuria, lugar que fue la cuna de la humanidad y la sede de una civilización floreciente, muy avanzada tecnicamente y espiritualmente.

Fundado en plena era terciaria, este llamado "Imperio del Sol", que extendía su dominación sobre un número de pueblos antiguos, conoció su apogeo hace 30 ó 50.000 años. Hasta que 12.000 años antes aproximadamente un cataclismo lo destruyó, Mu fue sacudido por una serie de terremotos, una importante erupción volcánica, seismos y maremotos, que destruyeron la totalidad del continente, y despué fue totalmente destruido por el hundimiento de bolsas de gas situadas bajo el suelo. Las olas cubrieron un abismo de fuego y Mu desapareció de la superfície del océano exterminando la casi-totalidad de los habitantes, cincuenta millones de millas cuadradas se hundieron en el fondo marino.

Los supervivientes emigraron a otras tierras, así surgieron culturas como la Atlántida, Sumérica, Egipcia, Maya y Griega (también se dice que la Atlantida fue una colonia de Lemuria al igual que el Tibet). Churchward declara que la evidencia de la existenca de Mu se encuentra en las leyendas y objetos de los antiguos Griegos, Egipcios, Mayas, Trogloditas de America del Norte, Chinos, Birmanos, Tibetanos, Camboyanos y pueblos de las islas del Pacífico. De hecho Churchward basó la ubicación del continente en los archipiélagos e islotes rocosos que quedaron sobre la superfície del Océano Pacífico. La isla de Pascua y las principales islas polinesias, Tahiti, Islas Samoas, Cook, Tongas, Marshall, Gilbert, Caroline, Marianas, Hawaii y las Marquesas, son los últimos vestigios de Mu que subsisten; allí es también donde se refugió una parte del pueblo de los Muviens, del cual los Polinesios son los descendientes directos, mientras que los otros partieron hacia América central o el Sureste de Asia.

Las islas de Nueva Zelanda y la multitud de islas del Pacífico son mesetas o cumbres de los picos y cordilleras más altos del sumergido continente, como las Islas Fidji, Hawaii, la Isla de Pascua, algunas áreas de Los Angeles.... Hay vehementes indicios que la costa oriental de Lemuria estaba lo bastante cercana a Norteamérica para que muchos lemures pasaran a habitar estas tierras mucho antes del hundimiento del continente. Existen numerosos estudios geológicos que nos indican la existencia de este continente en el Pacífico y cuyos "límites" están hoy día unidos o más bien forman parte de lo que es California y otras tierras cercanas de los Estados Unidos. De las investigaciones realizadas acerca de la naturaleza del Pacífico y de la flora de sus islas y de su fondo, se infiere que el continente lemuriano era probablemente tanto o más extenso que la actual América del Norte. Abarcaba desde los 0º de latitud Sur a los 40º ò 50º de Latitud Norte, y desde las cercanías de Norteamérica a la proximidad de África.

Churchward recreaba así el esplendor y juicio de "El jardín del Eden", un mundo antidiluviano escondido, la historia bíblica e la creación procede no de las gentes del Nilo o el Valle del eufrates sinó de este continente sumergido bajo las aguas, Mu – La Tierra Madre del Hombre.

Churchward dijo que sus afirmaciones se basaban en un vasto conocimiento de la ciencia, arte antiguo e historia, mitología y ocultismo, Las tradiciones y los simbolos sagrados de Mu se encuentran en varias partes del mundo que ataño estuvieron bajo su dominación Su transmisión fue asegurada por una cofreria sagrada llamada los Naacals, que poseían su propia lengua secreta; las materias científicas de su trabajo se basaron en información secreta que había obtenido mediante análisis de alfarería antigua y las traducciones de ciertas tablas de piedra escritas en lengua hierática, que descubrió escondidas en la India en 1868 cuando servía a la armada inglesa, y que le habían sido reveladas por un sacerdote Hindú, uno de los últimos depositos de su sabiduria, guardadas en unas tablas, descibrandolas descubrio toda la historia y religion del continente desaparecido, afirma que las tabletas fueron escritas o en Birmania o en Mu, el continente perdido, y su edad extrema fue atestiguada por el hecho de que la historia legendaria dice que los Naacals dejaron Birmania más de 15.000 años antes. Algunos de los temas incorporados a estas tabletas son: una cuenta de la creación de la tierra; vida y su origen; los funcionamientos del origen NAND de las fuerzas.

Chruchward fue apoyado por el célebre arqueólogo americano Harold Hadley Copeland. Este último pretendia haber traducido las inscripciones gravadas encontradas sobre una serie de 12 tablas de jade negro descubiertas en algún lugar de la llanura de Tsang, en Indochina. Copeland pretendia que las inscripciones eran de "hieratico Nacaal", alto lenguaje del antiguo Mu. Escritas originariamente por el mago Zanthu y que fueron encontradas en su tumba, las tablas mostraban la historia parcial del continente perdido de Mu situado en el Pacifico. Estas describían detalladamente el culto de las diverses divinidades de Mu, que comprendían a Therifuge, Karnala y Shakalatal. Otros pasages hacían alusión a la existencia de seres llamados los "Dero" y "Vhujunka", servidores del panteón de las divinidades de Mu. Copeland se apoyó igualmente sobre Augustp Le Plongeon, un físico francés del siglo XIX, que visitó las ruinas Mayas en el Yucatan. Le Plongeon declaró que los Mayas y los antiguos egipcios eran descendientes de los "pueblos de Mu". Asimismo, el Dr. Javier Cabrera descubrió esculpidos en tablas de piedra Pre-Inca en Ica (Peru), mapas detallados de los continentes perdidos de Mu y Atlantis.

Pero Churchward no mostró nunca tablas para provar su descubrimiento. Explicaba que sus investigaciones eran fruto de estancias catalépticas en vidas anteriores. Ésta es la historia de la búsqueda de Churchward's del continente perdido, de las cámaras acorazadas del templo indio a las cuatro esquinas del mundo. Remontar leyendas, las historias, las tradiciones y las tallas de la piedra de civilizaciones más antiguas, Churchward demuestra que todas contienen referencias a un elemento altamente avanzado, una civilización anterior de la cual ellas remontan sus leyendas y herencia. ¿Realidad, Mito, Leyenda, Farsa?, el tiempo inflexible llegará a explicarnos esta cuestiones. El autor pasó 50 años uniendo piezas para concebir la historia de la civilización perdida de Mu. Lo que si sabemos es que sus cuatro libros sobre Mu son calificados generalmente como novelas de ciencia-fiction.

2 - THE CHILDREN OF MU

En este segundo libro, Churchward cuenta la historia de la expansión colonial de Mu y la influencia de la avanzada cultura de Mu en posteriors civilizaciones del resto del mundo, la verdadera historia d elos pioneros de Mu. Sus primeras colonias se ubicaron en el Norte de América y Oriente, y luego en otras partes dle mundo. India, Egipto y Yucatan son testimonio del legado de esta gran civilización.

Churchward relaciona a Lemuria con los antiguos Mesopotamios y egipcios, Birmania y Camboya (sobretodo con su templo de Angkor), los Nagas de la India, los Mayas de Yucatan, los vestigios de Tihuanaco en la cordillera de los Andes, los Indios del sur y oeste de los Estados-Unidos, los pueblos de Oceania… Por todas partes encontramos pistas de la llamada Madre Patria : Mu simbolizado por la cifra 3 (el continente habría estado formado por 3 bandas de tierras casi paralelas), con las referencias " Tierras del Oeste " o " Pais de las Almas ", por un rectángulo que en su antigua escritura hieratica representaria la letra M ; las Cuatro Grandes Fuerzas Sagradas, bases de las creencias cientifico-religiosas de los Muvianos, representados por la cruz, la svastika o el círculo alado, o por una linea rota compuesta de 4 segmentos dispuestos en espiral (letra H de la escritura hieratica) ; el sol, emblema del imperio muviano. Descifra en los nombres del dios egipcio Râ y de la divinidad hinduista Rama el eco del titulo que llevaba el gran rey de Mu : Ra Mu, y afirma incluso que el alfabeto griego (alpha, bêta, gamma, delta, etc.) no es nada más que un recito de la sumisión a Mu. El Imperio Maya habría sido fundado por los Naga-Mayas de la India, antes de originarse la civilización egipcia. Los textos bíblicos se interpretarían no como una narración de eventos reales, sinó como lejanos descendientes de los textos sagrados de Mu bajo una forma modificada. Churchward vio en Mu la fuente única de las tradiciones y las creencias de los hombres.

Churchward intentó plasmar aquí todo lo referente a la increíble raza lemuriana (cuna de todas las civilizaciones), la cual se desarrolló durante no miles, sino millones de años y los cuales alcanzaron al igual que los atllantes, un alto grado de desarrollo, no tanto tecnológico, pero sí espiritual y psíquico.

Describia a los lemurianos como la "raza del tercer origen" que habitó la tierra, así como el modo de vida, sus enseñanzas y cómo han contribuido enormemente en el desarrollo de la actual humanidad.. Ellos eran seres con un tercer ojo que les daba poderes psíquicos y les permetia funcionar sin cerebro. Origináriamente "bisexuales". Gran parte de la civilización lemuriana vivió en casas sin techo. Libres del estrés y las enfermedades vivian centenares de años, desarrollando sus especiales habilidades durante casi 40.000 años de experimentación y practica, durante muchos siglos de evolución los lemurianos ganaron la reputación de poseer telepatia, teleportación y viajes astrales, haciendo los vehículos terrestres innecesarios. Ellos eran sociables y vegetarianos, agricultores, externos, una cultura orgánica que trabajaba en armonia con la naturaleza y la tierra, haciendo un uso menor de la ciencia y la tecnología. Trabajaron en sus propios refugios, ropas, herramientas, comida etc... comunes, sin proyectar negatividad hacia los demás.

El clima en Lemuria era en cierto modo tropical, pero el sol hacía estragos entre sus gentes, de tal modo que trabajaban más que todo al amanecer cuando el astro rey aùn no azotaba con toda su intensidad y luego al atardecer cuando el mismo se iba ocultando. Por esta razón, el color de la piel de los habitantes de Lemuria era un tanto dorado, por el impacto del sol en su epidermis.

Los habitantes en general eran altos, más altos que la actual raza humana (en promedio), blancos, de cabello generalmente largo y con todos nuestros órganos sumado a otro que se encontraba ligeramente encima de donde comienza la nariz, y el cual con el paso del tiempo se fue atrofiando por su falta de uso y actualmente no lo tenemos (científicos han comprobado la existencia hace miles de años de ese órgano en los humanos, pero no saben cuál era su función), la función del mismo era la de permitir la comunicación a distancia (hoy conocida como telepatía) que era muy común entre los lemures y para nada lo encontraban como algo extraordinario ni difícil, ya que era algo que formaba parte de su diario vivir.

En cuanto a su fauna, era muy variada, existían también aves, lemures (de ahí que muchos investigadores creen erróneamente, que los habitantes se parecían mucho a esta especie de mamíferos) y también habitaban entre ellos los dinosaurios!, aunque alejados en las montañas, si causaban terror entre los habitantes de este continente los cuales aprendieron a convivir con ellos.

El continente lemuriano no se hundió todo de una sola vez, sino que pasó por varios cataclismos, los cuales hicieron que muchos de sus habitantes emigraran a distintas zonas del planeta y fundaran ahí civilizaciones. Ellos se trasladaban por agua y por aire. Si bien no poseían el avance tecnológico de los atlantes, sí conocían la forma de trasladarse por aire y por mar, no utilizaban buques a vapor sino que se valían del viento como propulsor de sus naves. Se cree que descubrieron una extraña roca de origen volcánico que tenía la propiedad de influir en el agua pues cuando se colocaba una de estas piedras en una gran masa de agua, esta impelía al líquido en determinada dirección facilitando de este modo el viaje a través del agua. Su alimentación era básicamente de verduras y frutas.

Los lemurianos eran sumamente espirituales, psíquicos (si cabe esa palabra en esa época) y tenían un concepto de Dios muy elevado, lo consideraban un Padre y Arquitecto de todo lo creado. Creían o mejor dicho sabían de la existencia de la reencarnación y la muerte no era para ellos algo más que un paso de "etapa" en la continua existencia del alma. Tanto era así, que ellos tenían la facultad (al igual que algunas tribus hoy día todavía la conservan) de escoger el día y momento de su muerte!, es decir, ellos preparaban todo antes de su transición y una vez teniendo todo arreglado, se colocaban en una posición particular y daban su último suspiro, así de sencillo era morir para ellos y era algo perfectamente natural, cuando consideraban que ya su misión en esta etapa de su existencia había concluido, entonces daban ese paso. (2da aclaración: en relación a la "elección" del momento de la muerte, esto es particularmente visible en el modo en que influyen las emociones sobre el sistema nervioso, lo cual está científicamente probado, y además está estadísticamente anotado que por ejemplo, muchos chinos de gran edad mueren el día después del año nuevo chino a pesar de su diagnóstico ser para días antes. Esto cobra significación si también notamos la importancia fundamental de esa cultura hacia este evento y la expresa voluntad de estas personas que luego fallecieron en llegar al año nuevo.)

Un aspecto curioso de la sociedad de los lemurianos era el referente al casamiento. Cuando una pareja deseaba casarse, se llamaban a los padres de ambos y se les pedía su consentimiento, una vez daban el mismo, entonces se ponía a la pareja a una prueba: Ambos eran despojados de todas sus ropas, utensilios, etc. en fin, de todo y eran internados en el bosque sin nada y ahí deberían permanecer por dos meses!, tiempo durante el cual el hombre debía de proveer de alimento, ropa, techo y cuidado a la mujer, mientras que ella debía actuar como una verdadera compañera y apoyarlo en todo lo que estuviera a su alcance. Pasados los dos meses, ambos volvían y si alguna de las dos partes tenía alguna queja o no estaba satisfecha con el papel desempeñado por el otro, entonces no se realizaba la boda y no sólo eso, sino que jamás se podrían casar ninguno de los dos, ni entre ellos ni con nadie más, por lo que al momento de decidir casarse debían estar bien preparados y su amor debía ser muy fuerte para superar estas pruebas y regresar con ánimos para casarse y sin reproches. (Aclaración: rituales similares son practicados hoy en día por sociedades como las indígenas de las islas del pacífico).

3 - THE SACRED SYMBOLS OF MU

« La extraña y verdadera historia de los orígenes ocultos de las antiguas y modernas religiones ». En este tercer libro de la serie, comparando el orígen y significados de los mitos y leyendas, símbolos, religiones, tradiciones e inscripciones de las civilizaciones alrededor del mundo, incluyendo la moderna, antiguas y extintas, Churchward presenta abundantes evidencias que conectan en Mu, la tierra madre, como la fuenta comun o legado de todas ellas. Todas las religiones se inspiran en las escrituras sagradas de Mu. Osiris (que vivió 20,000 DC) y Jesus enseñaron de forma idéntica la misma religión. Moises condensó las 42 preguntas de la religion de Osiris en los 10 mandamientos.

4 - COSMIC FORCES OF MU, Volume 1

En el cuerto libro con más de 60 tablas y diagramas, Churchward expone las ciencias naturales que fueron enseñadas en Mu, las cuales son el orígen de muchas de las teorías que enseña la ciencia moderna, las leyes universales y poderes que han creado el Universo y la tierra, incluso explica ciertas anomalías que la ciencia actual no puede resolver y los lemurianos si, concluyendo que existe una fuerza universal que lo gobierna todo, revela que la evolución biológica es un mito, esa fuerza universal es la que cambia la posición de los cuerpos y a veces al cuerpo mismo, ningun ser o cosa, aunque sea infinitesimalmente pequeña o ponderosamente grande puede evolucionar sin la ayuda de esa fuerza. Todas las fuerzas conocidas por « atómicas » son solo secundarias, gobernadas por una fuerza superior que mueve los átomos. Churchward explora las fuerzas cósmicas y la ordenada procesión de poderes que han creado el Universo, la tierra y que los iran transformando y cambiando perpetuamente. Toda enfermedad puede ser curada con los apropiados rayos solares, que las temperaturas de la tierra y las estaciones han sido fijadas inalterablemente y que la tierra no puede perderse en el espacio o ahogarse en el Sol.

5 - COSMIC FORCES OF MU, Volume 2,

Este volumen Churchward continua exponiendo sus conclusiones sobre los ancianos documentos y legado presente de Mu, revisando teorias sobre la edad de la tierra, la naturaleza de las montañas y los procesos volcánicos, la Edad de Hielo y el Diluvio Universal. Explica el nacimiento de la tierra de acuerdo con las fuerzas cósmicas de Mu. La tierra es solo una pequeña rama de un inmenso árbol. No obtiene sus fuerzas del cosmos, se las proporciona el Sol y las manipula. Las Leyes Universales trabajan como fuerzas geológicas en la Tierra. Su creación e interacción, los grandes cinturones de gas, formaciones montañosas, cambios terrestres. Con más de 75 mapas y diagramas.

En el último capítulo "Omega – La llave abovedada" Churchward se manifiesta sobre el destino de la humanidad. Para él, el hombre apareció en Mu en la era terciaria, teoría poco compatible con los datos paleontologicos que Churchward explica con el argumento que "el Hombre era una creación especial y no la obra de la Naturaleza. Apareció perfectamente desarrollado ; sólo le faltaba la educación física y mental." Dicho de otro modo, el Hombre no "desciende" del mono según la fórmula consagrada, fue creado dotado de todas sus características actuales. El Hombre, a diferencia de todos ls animales, esta provisto de un alma que le permitirá reinar sobre la tierra, y cuando sea lo suficientemente sabio se elevara a la divinidad. Ese es su destino último ordenado por la ley divina (decepcionante conclusión marcada por la religiosidad convencional). Los razonamientos de Churchward pueden parecer contradictorios; es bastante curioso ver como este hombre, de cultura científica visiblemente rudimentaria acumula "pruebas irrefutables " y considera en parte la ciencia " oficial " con una arrogancia poco común. Por contra, el lector se queda anonadado al ver como descifra los bajorelieves y jeroglíficos, y los traduce en lenguaje común. A pesar de sus afirmaciones, hasta la fecha los dibujos gravados sobre las tablas de madera de la isla de Pascua no han podido ser interpretadas como una escritura.







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Wednesday, November 9, 2011

LA DANZA LLAMADA AMOR


 
LA DANZA LLAMADA AMOR, Rajneesh Chandra Mohan Jain
 

Nunca he dicho que el amor es destruido por el matrimonio. ¿Cómo puede el matrimonio destruir el amor? Sí, se destruye en el matrimonio pero es destruido por ti, no por el matrimonio. Es destruido por la pareja. ¿Cómo puede el matrimonio destruir el amor? Eres tú quien lo destruye porque no sabes qué es el amor. Simplemente pretendes saber, simplemente esperas saber; sueñas que sabes, pero tú no sabes qué es el amor. El amor tiene que ser aprendido; es el arte más grande que existe.

Si la gente está bailando y alguien te dice, "Ven a bailar," tú respondes, "No sé cómo hacerlo." No saltas simplemente y comienzas a bailar y haces que todos piensen que eres un gran bailarín. Sólo demostrarás ser un bufón. No te demostrarás a ti mismo ser un bailarín. Tiene que ser aprendido — su gracia, su movimiento. Tienes que entrenar al cuerpo para ello.

No empiezas simplemente a pintar sólo porque el lienzo está disponible y el pincel está allí y el color está allí. Tú no comienzas a pintar. No dices, "Todos los requisitos están aquí, así que puedo pintar." Tú puedes pintar pero de esa manera no serás un pintor.

Te encuentras con una mujer — el lienzo está allí. De inmediato te conviertes en un amante; comienzas a pintar. Y ella comienza a pintar en ti. Por supuesto ambos demuestran ser unos tontos — unos tontos pintados — y tarde o temprano entienden lo qué está sucediendo. Pero tú nunca pensaste que el amor es un arte. No naces con el arte; no tiene nada que ver con tu nacimiento. Tienes que aprenderlo. Es el arte más sutil.

Naces sólo con una capacidad. Por supuesto, naces con un cuerpo; puedes ser un bailarín porque tienes el cuerpo. Puedes mover tu cuerpo y puedes ser un bailarín pero el bailar tiene que ser aprendido. Se necesita mucho esfuerzo para aprender a bailar. Y el bailar no es tan difícil porque solamente tú estás involucrado en ello.

El amor es mucho más difícil. Es bailar con alguien más. El otro también se necesita para saber qué es el baile. El acoplarse con alguien es un gran arte. Crear una armonía entre dos personas… dos personas significan dos mundos diversos. Cuando dos mundos se acercan, el choque va a estar allí si no sabes cómo armonizar. El amor es armonía. Y la felicidad, la salud, la armonía, todo surge del amor. Aprende a amar. No tengas prisa para el matrimonio, aprende a amar. Primero conviértete en un gran amante.

¿Y cuál es el requisito? El requisito es que un gran amante siempre está listo para dar amor y no se incomoda si es correspondido o no. Siempre regresa; está en la misma naturaleza de las cosas. Es como si vas a las montañas y cantas una canción, y los valles responden. ¿Te has percatado de un punto de eco en las montañas, en las colinas? Tú gritas y los valles gritan, o tú cantas y los valles cantan. Cada corazón es un valle. Si viertes amor en él, responderá.

La primera lección del amor es no pedir amor, sino sólo dar. Conviértete en un dador.

La gente está haciendo justo lo contrario. Aún cuando dan, dan sólo con la idea de que el amor debe regresar. Es un negocio. No comparten, no comparten libremente. Comparten con una condición. Siguen observando de reojo si está volviendo o no. Gente muy pobre… no conocen el funcionamiento natural del amor. Tú simplemente viértelo, él regresará.

Y si no está viniendo, no hay por qué preocuparse pues un amante sabe que amar es ser feliz. Si llega, bien; entonces la felicidad se multiplica. Pero aún si nunca regresa, en el mismo acto de amar llegas a estar tan feliz, tan extático, que ¿quién se preocupa de si viene o no?

El amor tiene su propia felicidad intrínseca. Sucede cuando amas. No hay necesidad de esperar el resultado. Sólo empieza a amar. Poco a poco verás que mucho más amor está regresando a ti. Uno ama y llega a saber qué es el amor solamente amando. Así como uno aprende a nadar nadando, amando uno ama.

La gente es muy avara. Están esperando que aparezca algún gran amante, entonces amarán. Permanecen cerrados, permanecen aislados. Sólo esperan. De algún lugar vendrá alguna Cleopatra y entonces abrirán su corazón, pero para cuando llegue ese momento ellos habrán olvidado completamente cómo abrirlo.

No te pierdas ninguna oportunidad de amar. Incluso al pasar por una calle puedes ser amoroso. Incluso con el mendigo puedes ser amoroso. No hay necesidad de que tengas que darle algo; puedes sonreír por lo menos. No cuesta nada pero tu misma sonrisa abre tu corazón, hace tu corazón más vivo. Toma la mano de alguien — un amigo o un extraño. No esperes a amar solamente cuando llegue la persona adecuada. La persona adecuada nunca sucederá. Continúa amando. Cuanto más amas, mayor es la posibilidad de que suceda la persona adecuada, porque tu corazón comienza a florecer. Y un corazón floreciente atrae muchas abejas, muchos amantes.

Te han entrenado de una manera muy equivocada. Primero, todos viven bajo una impresión equivocada de que todos ya son amantes. Sólo por haber nacido, piensas que eres un amante. No es tan fácil. Sí, hay un potencial, pero ese potencial tiene que ser entrenado, disciplinado. Una semilla existe, pero tiene que convertirse en una flor.

Tú puedes seguir cargando tu semilla; ninguna abeja vendrá. ¿Has visto alguna vez a las abejas venir a las semillas? ¿No saben que las semillas pueden convertirse en flores? Pero vienen cuando ellas se vuelven flores. Conviértete en una flor, no sigas siendo una semilla.

Dos personas, infelices por separado, crean más infelicidad el uno para el otro cuando se juntan. Eso es matemático. Tú eras infeliz, tu esposa era infeliz ¿y ambos están esperando que al estar juntos llegarán a ser felices? Esto es… esto es una aritmética tan ordinaria, como dos más dos son cuatro. Es así de simple. No es parte de ningunas matemáticas más elevadas; es muy ordinario, puedes contarlo con tus dedos. Ambos llegarán a ser infelices.

Cortejar es una cosa. No dependas del cortejo. De hecho antes de que te cases, desházte del cortejo. Mi sugerencia es que el matrimonio debería ocurrir después de la luna de miel, nunca antes. Solamente si todo va bien, sólo entonces el matrimonio debería ocurrir.

La luna de miel después de la unión es muy peligrosa. Por lo que sé, el noventa y nueve por ciento de los matrimonios se terminan en el momento en que se acaba la luna de miel. Pero entonces estás atrapado, entonces no hay manera de escaparte. Entonces la sociedad entera, la ley, la corte — todos están en tu contra si dejas a tu esposa, o si la esposa te deja. Entonces la moralidad entera, la religión, el sacerdote, todos están contra ti. De hecho la sociedad debería crear todas las barreras posibles para el matrimonio y ninguna barrera para el divorcio. La sociedad no debería permitir que la gente se casara tan fácilmente. La corte debería crear barreras — vive con la mujer por dos años cuando menos, entonces la corte puede permitir que te cases.

Ahora están haciendo justo lo contrario. Si deseas casarte, nadie pregunta si estás listo o si es sólo un capricho, sólo porque te gusta la nariz de la mujer. ¡Qué insensatez! Uno no puede estar con alguien tan sólo por una nariz larga. Después de dos días la nariz se olvidará. ¿Quién mira la nariz de la propia esposa? La esposa nunca parece hermosa, el marido nunca parece hermoso. Una vez que te conocen, la belleza desaparece.

Se debería permitir que dos personas vivieran juntas el tiempo suficiente para llegar a conocerse, a familiarizarse el uno con el otro. Y aunque desearan casarse, no debería permitírseles. Entonces los divorcios desaparecerán del mundo. Los divorcios existen porque las uniones son equivocadas y forzadas. Los divorcios existen porque las uniones se hacen en un estado de romanticismo.

El romanticismo está bien si eres un poeta… y los poetas no son conocidos como buenos maridos o buenas esposas. De hecho los poetas son casi siempre solteros. Se dan sus buenos ratos pero nunca son atrapados, y por lo tanto su romance se mantiene vivo. Continúan escribiendo poesía, poesía hermosa. Uno no debería casarse con una mujer o con un hombre en un estado de ánimo poético. Permite que el humor de la prosa llegue, luego decide. Porque la vida cotidiana se parece más a la prosa que a la poesía. Uno debería llegar a ser lo suficientemente maduro.

La madurez significa que uno ya no es más un tonto romántico. Uno entiende la vida, uno entiende la responsabilidad de la vida, uno entiende los problemas de estar junto a una persona. Uno acepta todas esas dificultades y aún así decide vivir con la persona. Uno no está esperando que sólo vaya a haber cielo, sólo rosas. Uno no está esperando tonterías; uno sabe que la realidad es ardua. Es áspera. Hay rosas, pero lejos y en el medio; hay muchas espinas.

Cuando llegas a estar alerta de todos estos problemas y aún así decides que vale le pena arriesgar y estar con una persona preferentemente que estar solo, entonces cásate. Entonces los matrimonios nunca matarán el amor, porque este amor es realista. El matrimonio puede matar solamente el amor romántico. Y el amor romántico es lo que la gente llama amor infantil. Uno no debería depender de él. Uno no debería pensar en él como alimento. Puede ser sólo como el helado. Puedes comerlo a veces, pero no dependas de él. La vida tiene que ser más realista, más prosa.

El matrimonio en sí mismo nunca destruye nada. El matrimonio simplemente hace que aflore cualquier cosa que esté oculta en ti; la trae hacia fuera. Si el amor se oculta detrás de ti, dentro de ti, el matrimonio lo trae hacia fuera. Si el amor era sólo una pretensión, sólo un cebo, entonces tarde o temprano tiene que desaparecer. Y entonces tu realidad, tu fea personalidad surgirá. El matrimonio es simplemente una oportunidad, así que cualquier cosa que tuvieras que sacar se pondrá en evidencia.

No estoy diciendo que el amor es destruido por el matrimonio. El amor es destruido por la gente que no sabe amar. El amor es destruido porque en primer lugar el amor no existe. Tú has estado viviendo en un sueño. La realidad destruye ese sueño. De lo contrario el amor es algo eterno, parte de la eternidad. Si tú creces, si conoces el arte y aceptas las realidades del amor-vida, entonces sigue creciendo a diario. El matrimonio se convierte en una enorme oportunidad para crecer en amor.

Nada puede destruir el amor. Si está allí, continúa creciendo. Pero mi sensación es que en primer lugar no está allí. Tú mismo te malentiendes; algo más estaba allí. El sexo estaba quizás allí, el atractivo sexual estaba allí. Entonces va a ser destruido, porque una vez que has amado a una mujer, entonces el atractivo sexual desaparece, porque el atractivo sexual se da solamente con el desconocido. Una vez que has probado el cuerpo de la mujer o del hombre, entonces el atractivo sexual desaparece. Si tu amor era solamente atractivo sexual entonces va a desaparecer. Así que nunca malentiendas el amor por algo más. Si el amor es realmente amor…

¿Qué significa cuando digo "ama realmente"? Quiero decir que tan sólo estando en presencia del otro te sientes repentinamente feliz, tan sólo con estar juntos te sientes extático, simplemente con la sola presencia del otro se satisface algo profundamente en tu corazón… algo comienza a cantar en tu corazón, entras en armonía. Tan sólo la presencia del otro te ayuda a estar integrado; te vuelves más individual, más centrado, más aterrizado. Entonces es amor.

El amor no es pasión, el amor no es una emoción. El amor es una comprensión muy profunda de que alguien de alguna manera te completa. Alguien te vuelve un círculo completo. La presencia del otro realza tu presencia. El amor te da la libertad para ser tú mismo; no es posesividad.

Así pues, observa. Nunca pienses en el sexo como amor, de lo contrario te lo creerás. Estáte alerta, y cuando comiences a sentir con alguien que tan sólo la presencia, la sola presencia — nada más, nada más se necesita; tú no pides nada — tan sólo la presencia, tan sólo que el otro es, es suficiente para hacerte feliz… algo comienza a florecer dentro de ti, mil y un lotos florecen… entonces estás enamorado, y entonces puedes pasar por todas las dificultades que la realidad crea. Muchas angustias, muchas ansiedades — tú podrás pasarlas todas, y tu amor estará floreciendo cada vez más, porque todas esas situaciones se convertirán en desafíos. Y tu amor, superándolas, se hará cada vez más fuerte.

El amor es eternidad. Si está allí, entonces continúa creciendo y creciendo. El amor conoce el principio pero no conoce el final.





-Nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo-



Mientras seamos capaces de amar solamente a nuestra familia o nación, seremos incapaces de amar a los demás, estamos limitados por los lazos del cariño y de la patria, cuando hayamos roto los lazos de la sangre y nos hayamos afirmando nosotros mismos y nos bastemos, podremos convertirnos en servidores desinteresados de la humanidad, cuando el hombre ha llegado a ese estado, encuentra que ha ganado a todas las familias del mundo, porque todos seran para el sus hermanos, padres, madres, aquienes debe cuidar y ayudar...Todos Somos Uno



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Sunday, October 30, 2011

La Hipotesis de Gaia

 
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Según Lovelock, las pruebas demostraban que toda la biosfera del planeta tierra, hasta el ultimo ser viviente que lo habita, podía ser considerada como un único organismo a escala planetaria en el que todas sus partes estaban casi tan relacionadas y eran tan independientes como las células de nuestro cuerpo. Creía que ese super-Ser-Colectivo merecía un nombre propio, al que William Golding (autor de El Señor de las Moscas) llamó Gaia.

A todos nos gustaría creer que existe algo (alguna clase de ser superior y bueno) que puede intervenir y salvarnos de las cosas que van mal en nuestro mundo.

La mayoría de la gente siempre ha tenido una creencia de este tipo que la reconforte. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el candidato para este algo ha sido Dios (no importa a qué dios se adorara en cada tiempo y lugar) y ésa es la razón por la que, en los veranos secos, los agricultores han levantado sus ruegos para pedir lluvia. Lo siguen haciendo, pero, a medida que los conocimientos científicos aumentan y se empiezan a encontrar cada vez más explicaciones a los acontecimientos de las leyes naturales en vez del capricho divino, mucha gente empieza a desear un protector menos sobrenatural (y quizá más predecible).

Por eso hubo bastante revuelo en la comunidad científica cuando, hace unos cuarenta años, un científico británico, llamado James Lovelock, propuso algo que cumplía estos requisitos. Lovelock dio un nombre a su nuevo concepto hipotético: lo llamó Gaia, por la antigua diosa de la tierra.

LA HIPÓTESIS GAIA

Cuando Lovelock publicó la hipótesis de Gaia, provoco una sacudida en muchos científicos, sobre todo en aquellos con una mente más lógica que odiaban un concepto que sonaba tan místico. Les producía perplejidad, y lo más desconcertante de todo era que Lovelock era uno de ellos. Tenía fama de ser algo inconformista, pero sus credenciales científicas eran muy sólidas. Entre otros logros a Lovelock se le conocía por ser el científico que había diseñado los instrumentos de algunos de los experimentos para buscar vida que la nave estadounidense Viking había llevado a cabo en la superficie de Marte.

Y, sin embargo, a los ojos de sus iguales, lo que Lovelock estaba diciendo rayaba en la superstición. Peor todavía, cometió la temeridad de presentar sus argumentos en forma de método científico ortodoxo. Había obtenido las pruebas para su propuesta de la observación y la literatura científica, como se supone que debe hacer un científico. Según él, las pruebas demostraban que toda la biosfera del planeta tierra (o lo que es lo mismo, hasta el ultimo ser viviente que habita en nuestro planeta, desde las bacterias a los elefantes, las ballenas, las secoyas y tú y yo) podía ser considerada como un único organismo a escala planetaria en el que todas sus partes estaban casi tan relacionadas y eran tan independientes como las células de nuestro cuerpo. Lovelock creía que ese super-ser-colectivo merecía un nombre propio. Carente de inspiración, pidió ayuda a su vecino, William Golding (autor de El Señor de las Moscas), y a Golding se le ocurrió la respuesta perfecta. Así que lo llamaron Gaia.

Lovelock llegó a esta conclusión en el transcurso de su trabajo científico mientras trataba de idear qué signos de vida debían buscar en el planeta Marte los instrumentos que estaban diseñando. Se le ocurrió que si fuese un marciano en vez de un inglés, habría sido fácil resolver el problema en sentido contrario. Para obtener la solución, todo lo que hubiera necesitado un marciano hubiera sido un modesto telescopio con un buen espectroscopio incorporado.

La misma composición del aire de la Tierra proclama la innegable existencia de vida. La atmósfera terrestre contiene una gran cantidad de oxigeno libre, que es un elemento químico muy activo. El hecho de que se encuentre libre en esas cantidades en la atmósfera significa que tiene que haber algo que lo esté reponiendo constantemente. Si esto no fuera así, hace mucho tiempo que el oxígeno atmosférico habría reaccionado con otros elementos como puede ser el hierro de la superficie terrestre y habría desaparecido, exactamente igual que nuestros espectroscopios terrestres han mostrado que cualquier cantidad de oxigeno que hubiese habido se ha agotado desde hace mucho tiempo en nuestros vecinos planetarios, Marte incluido.

Por lo tanto, un astrónomo marciano habría comprendido de inmediato que ese algo que repone el oxígeno sólo podía ser una cosa: la vida. Es la vida (las plantas vivas) lo que produce constantemente este oxígeno en nuestro aire; con ese mismo oxígeno cuenta la vida (nosotros y casi todos los seres vivos del reino animal) para sobrevivir.

Partiendo de esto, la idea de Lovelock es que la vida (toda la vida de la tierra en su conjunto) interacciona y tiene la capacidad de mantener u entorno de manera que sea posible la continuidad de su propia existencia. Si algún cambio medioambiental amenazara a la vida, ésta actuaría para contrarrestar el cambio de manera parecida a como actúa un termostato para mantener tu casa confortable cuando cambia el tiempo encendiendo la calefacción o el aire acondicionado.

El término técnico para este tipo de comportamiento es homeostasis. Según Lovelock, Gaia (el conjunto de toda la vida en la tierra) es un sistema homeostático. Para ser más preciso desde el punto de vista técnico, en este caso, el término adecuado es homeorético en vez de homeostático, pero la distinción solo puede interesar a los especialistas. Este sistema que se conserva a sí mismo, no sólo se adapta a los cambios, sino que incluso hace sus propios cambios alterando su medio ambiente siempre que sea necesario para su bienestar.

Estimulado por estas hipótesis, Lovelock empezó a buscar otras pruebas de comportamiento homeostático. Las encontró en lugares insospechados. En las islas coralíferas, por ejemplo. El coral está formado por animales vivos. Sólo pueden crecer en aguas poco profunda. Muchas islas de coral se están hundiendo lentamente y, de alguna manera, el coral sigue creciendo hacia arriba tanto como necesita para permanecer a la profundidad adecuada para sobrevivir.

Esto es un tipo rudimentario de homeostasis. También está la temperatura de la Tierra. La temperatura media global ha permanecido entre límites bastante estrechos durante mil millones de años o más, aunque se sabe que en este tiempo la radiación solar (que es lo que determina básicamente dicha temperatura) ha ido aumentando interrumpidamente. Por tanto, el calentamiento de la tierra debía haberse notado, pero no ha sido así. ¿Cómo puede haber ocurrido esto sin algún tipo de homeoestasis?

Para Lovelock resultaba todavía más interesante la paradójica cuestión de la cantidad de sal en el mar. La concentración actual de sal en los océanos del planeta es justo la adecuada para las plantas y animales marinos que viven en ellos. Cualquier aumento significativo resultaría desastroso. A los peces (y a otros modos de vida marinos) les cuesta un gran esfuerzo evitar que la sal se acumule en sus tejidos y les envenene; si en el mar hubiera mucha mas sal de la que hay, no podrían hacerlo y morirían. Y, sin embargo, según toda lógica científica normal, los mares deberían ser muchos más salados de lo que son.

Se sabe que los ríos de la Tierra están disolviendo continuamente las sales de los suelos por los que fluyen y las transportan en grandes cantidades a los mares. El agua que los ríos añaden cada año no permanece en el océano. Esta agua pura se elimina por evaporación debido al calor solar, para formar nubes que terminan cayendo de nuevo como lluvia; mientras las sales que contenían estas aguas no tienen a donde ir y se quedan atrás.

En este caso, la experiencia diaria nos enseña lo que sucede. Si dejamos un cubo de agua salada al sol durante el verano, se volverá cada vez mas salada a medida que se evapora el agua. Aunque parezca sorprendente, esto no sucede en el océano. Se sabe que su contenido de sales ha permanecido constante a lo largo de todo el periodo geológico. Así que está claro que algo actúa para eliminar el exceso de sal en el mar.

Se conoce un proceso que podría ser el responsable. De vez en cuando, las bahías y brazos de mar poco profundos se quedan aislados. El sol evapora el agua y quedan lechos salinos que con el tiempo son recubiertos por polvo, arcilla y, finalmente, roca impenetrable, de manera que cuando el mar vuelve para recuperar la zona, la capa de sal fósil esta sellada y no se redisuelve. Más tarde, cuando la gente la extrae para sus necesidades, la llamamos mina de sal. De esta manera, milenio tras milenio, los océanos se liberan del exceso de sal y mantienen su concentración salina.

Podría ser una simple coincidencia que se mantenga este equilibrio con tanta exactitud, independientemente de lo que ocurra, pero también podría ser otra manifestación de Gaia. Pero quizá Gaia se muestre a sí misma con más claridad en la manera que ha mantenido constante la temperatura de la Tierra. Como ya hemos dicho, en los orígenes de la tierra, la radiación solar era una quinta parte de la actual. Con tan poca luz solar para calentarse, los océanos deberían haberse congelado, pero eso no ocurrió. ¿Por qué no?

La razón es que por aquel entonces la atmósfera terrestre contenía mas dióxido de carbono que en la actualidad y éste, afirma Lovelock, es un asunto de Gaia, ya que aparecieron las plantas para reducir la proporción de dióxido de carbono en el aire. A medida que el sol subía la temperatura, el dióxido de carbono, con sus propiedades de retención del calor, disminuía en la medida exacta a lo largo de milenios. Gaia actuaba por medio de las plantas, indica Lovelock, para mantener el mundo a la temperatura óptima para la vida.

 

 

LA TEORIA GAIA: LA TIERRA COMO PLANETA VIVO (**)

Efecto invernadero, agujero de ozono, lluvia ácida... los golpes que tiene que aguantarse este planeta. Hasta ahora nos ha protegido y proporcionado todo lo que necesitábamos: calor, tierra, agua, aire. Y su buen trabajo le ha costado. Ha necesitado millones de años para convertir un infierno de fuego y cenizas en un paraíso de océanos, montañas y oxígeno, superando no pocas vicisitudes en forma de choques de meteoritos, desplazamiento de continentes y glaciaciones brutales. Y ahora, Gaia, la Gran Madre, tiene que sufrir las bofetadas de sus propios hijos favoritos, los hombres.

Sí, Gaia, la del ancho seno, eterno e inquebrantable sostén de toda las cosas, la que fuera diosa de la Tierra para los antiguos griegos, es un organismo vivo. Todo nuestro planeta es un organismo vivo, magníficamente dotado para dar a luz las condiciones medioambientales óptimas para el desarrollo de plantas y animales. O por lo menos eso postula la extraordinaria teoría científica formulada por el bioquímico inglés James Lovelock.

En este artículo desarrollaré esta concepción del científico mencionado, y procuraré destacar la importancia de la misma como soporte teórico de una actividad ecológica planificada que permita salvar a la Tierra y sus habitantes de una destrucción total.

La idea de considerar a la Tierra como un ser viviente es arriesgada, pero no descabellada. Sin embargo, cuando en 1969 Lovelock presentó oficialmente su hipótesis Gaia -publicada en 1979, bajo el título Una nueva Visión de la Vida sobre la Tierra- en el marco de unas jornadas científicas celebradas en Princeton (Estados Unidos), no encontró ningún eco entre la comunidad científica.

Excepto la bióloga norteamericana Lynn Margulis -con quien luego colaboraría-, ningún investigador se interesó por tan alucinante teoría. Para la gran mayoría, Gaia no era más que una entelequia, un interesante ejercicio de imaginación. Quién iba a creerse que nuestro planeta sea una especie de superorganismo en el que, a través de procesos fisicoquímicos, toda la materia viva interactúa para mantenerse unas condiciones de vida ideales. Algunos incluso lo acusaron de farsante. Posiblemente porque, aunque irrelevante, aquella fantástica visión del mundo que ofrecía Lovelock resultaba, si no peligrosa, por lo menos inquietante.

La hipótesis Gaia no sólo contradecía la mayor parte de los postulados científicos precedentes y ponía patas para arriba los modelos teóricos sostenidos como válidos. Suponían, sobre todo, poner en tela de juicio la intocable y sacrosanta Teoría de la Evolución de Darwin: a lo largo de la historia la vida se ha ido adecuando a las condiciones del entorno fisicoquímico. Lovelock proclamaba justo lo contrario: la biosfera -conjunto de seres vivos que pueblan la superficie del planeta- es la encargada de generar, mantener y regular sus propias condiciones medioambientales. En otras palabras, la vida no está influenciada por el entorno. Es ella misma la que ejerce un influjo sobre el mundo de lo inorgánico, de forma que se produce una coevolución entre lo biológico y lo inerte. Un auténtico bombazo científico para aquella época.

Pero la bomba no llegó a estallar. Salvo provocar las protestas airadas de los científicos más radicales adscritos a las doctrinas clásicas, la hipótesis Gaia cayó en saco roto. Y después en el olvido, hasta que en fechas recientes han comenzado a desempolvarla y revisar la validez de sus postulados, forzados quizá por la crisis actual que sufre el planeta. Aunque todavía no se ha demostrado su existencia, Gaia sí ha probado ya su valor teórico al dar origen a muchas interrogantes y, lo que es más importante todavía, al ofrecer respuestas coherentes a las incógnitas más curiosas de la Tierra.

¿Qué podemos imaginarnos tras ese excéntrico supuesto bautizado como Gaia? El punto de partida de la hipótesis fue la contemplación, por vez primera en la historia de la humanidad, del globo terráqueo desde el espacio exterior. Las naves y sondas enviadas a Marte y Venus en la década de los sesenta para investigar y detectar eventuales indicios de vida y no encontraron ningún vestigio biológico. Sí descubrieron, en cambio, que los pálidos colores de los planetas vecinos contrastan espectacularmente con la belleza verdeazulada de nuestro hogar, porque sus atmósferas son radicalmente diferentes a la terrestre.

Nuestra transparente envoltura de aire es una singularidad, casi un milagro, comparada con las atmósferas que cubren a los planetas vecinos. Los resultados de las investigaciones espaciales establecieron que ambas están compuestas casi exclusivamente por dióxido de carbono y un porcentaje mínimo de nitrógeno. El constituyente más abundante de la piel azul que nos envuelve es, por el contrario, el nitrógeno (79 por ciento), seguido del oxigeno (21 por ciento), mientras que la cuantía de dióxido de carbono no supera el 0,03 por ciento. A estos elementos habría que añadir vestigios de otros gases, como metano, argón, óxidos nitrosos, amoníaco, etcétera. ¡Todo una extraña mezcla!

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Pero además de ser una singularidad dentro el Sistema Solar, nuestra atmósfera se comporta de manera menos ortodoxa desde el punto de vista químico. Pensemos, por ejemplo, en la presencia simultánea de metano y oxigeno, dos gases que a la luz del sol reaccionan químicamente formando dióxido de carbono y vapor de agua. La coexistencia de óxido nitroso y amoniaco es igual de anómala que la anterior.

La composición atmosférica terrestre representa una estrepitosa violación de las reglas de la química, y aun así funciona. ¿Por qué? Lovelock descubre en el permanente desequilibrio entre los gases atmosféricos una de las primeras evidencia de intervención de Gaia, del influjo que lo biológico ejerce sobre lo inorgánico. Como en un entorno inerte tan extrañísima mezcla gaseosa sería muy improbable, la única explicación factible es una manipulación diaria desde la propia superficie terrestre. De acuerdo con la hipótesis Gaia, pues, la atmósfera no sería saludable para la vida en la Tierra si la biosfera, esa franja biológica que ciñe al planeta, no se encargara de mantenerla en condiciones, intercambiando constantemente sustancias reguladoras entre uno y otro medio.

Lovelock se preguntó cómo podía la atmósfera transportar esas sustancias que la biosfera toma por un lado y expele por el otro. ¿No presuponía esto la presencia de compuestos que vehiculasen los elementos esenciales -como el yodo y el azufre, por ejemplo- entre todos los sistemas biológicos? Su curiosidad estimuló la búsqueda activa de tales compuestos.

En 1971 partió hacia la Antártida a bordo del velero oceanográfico británico Shackleton, con el propósito de investigar el ciclo mundial de azufre, detectando un componente desconocido hasta entonces, pero potencialmente importante: el dimetil sulfuro. Estudios posteriores revelaron que la fuente principal de esta sustancia no se encuentran en mar abierto sino en las aguas costeras, ricas en fitoplancton. En efecto, la microflora marina, incluso las especies más corrientes de algas, consiguen extraer con asombrosa eficacia el azufre de los iones sulfato presente en el agua del mar trasformándolo en dimetil sulfuro. Se comprobó además que este gas, liberado a la atmósfera estimula la formación de núcleos de condensación para el vapor de agua, lo que a su vez eleva la concentración nubosa.

En 1987, Lovelock expuso que el ciclo de actividad de las algas es el que última instancia ha determinado la temperatura de la tierra a lo largo de la historia. ¿Cómo lo consigue? ¿Cuál es su mecanismo? Los científicos han podido medir una mayor concentración de dimetril sulfuro en las cuencas oceánicas más calientes, pues es allí donde mejor proliferan las algas. La presencia de un elevado nivel de este gas estimula la formación de masas nubosas que, lógicamente, oscurecen la superficie permitiendo que desciendan las temperaturas. Pero del mismo modo que el calor hace crecer y multiplicar las algas en los océanos, el frío dificulta su proliferación, por lo tanto disminuye la producción de dimetril sulfuro, se forman menos nubes y comienza una nueva escalada térmica. La autorregulación de Gaia en lo que se refiere a las temperatura, está servida.

Precisamente la historia del clima terrestre es uno de los argumentos de mayor peso en favor de la existencia de Gaia. A lo largo de la evolución de la Tierra, éste nunca ha sido desfavorable para la vida. La biosfera ha sido capaz de mantener el status quo climatológico más adecuado para salvaguardar nuestro bienestar y suministrarnos el entorno óptimo. El registro paleontográfico de la presencia ininterrumpida de seres sobre el planeta desde hace 3.500 millones de años así lo atestigua, al tiempo que nos indica la imposibilidad de que los océanos llegaran a hervir o congelarse. Si la tierra más que un objeto sólido inanimado, la temperatura de su superficie hubiera seguido las oscilaciones de la radiación solar sin protección posible. Sin embargo, no fue así.

Se sabe que, en la remotísima época en que surgió la vida, el Sol era más pequeño y templado y su radiación un treinta por ciento menos intensa. A pesar de ello, el clima resultaba favorable para la aparición de las primeras bacterias: no hacía un treinta por ciento más frío, lo que hubiera significado un planeta devastado por los hielos eternos. Carl Sagan y su colaborador George Mullen han sugerido como explicación la presencia en nuestra ancestral atmósfera de mayores cantidades de amoníaco y dióxido de carbono que hoy, con la función de arropar la superficie del planeta, ambos gases ayudan a conservar el calor recibido, impidiendo, por medio del efecto invernadero, que escape al espacio.

Cuando la intensidad de la radiación fue incrementándose, al aumentar de tamaño el Sol, la aparición de organismos devoradores del amoniaco y dióxido de carbono habría disuelto esta manta protectora, de modo que los excesos de calor pudiera disiparse al espacio. La mano sabía de Gaia se vislumbra de nuevo aquí: la biosfera misma fue trasformando, a su favor, las condiciones medioambientales. La vida se revela así como un fabuloso sistema de control activo que regula automáticamente las condiciones climatológicas, de tal forma que nunca sea un obstáculo para su existencia.

Junto a un clima benigno, también es necesario que otros parámetros se mantengan dentro de los márgenes favorables. Por ejemplo, el pH, el grado de acidez del aire, el agua, la tierra se mantiene alrededor de un valor neutro (pH 8), el óptimo para la vida, a pesar de que la gran cantidad de ácidos producidos por la oxidación en la atmósfera de los óxidos nitroso y sulfurosos liberados por la descomposición de la materia orgánica deberían haber hecho aumentar la acidez terrestre hasta un pH 3, comparable al vinagre. Sin embargo, la naturaleza dispone de un neutralizador biológico para que esto no suceda: la biosfera se encarga de fabricar, por medio de los procesos metabólicos de los seres vivos, alrededor de 1.000 megatoneladas anuales de amoníaco -una sustancia muy alcalina-, que resulta ser la cantidad necesaria para anular la acumulación excesiva de los agresivos ácidos.

La regulación estricta de la salinidad marina es tan esencial para la vida como la neutralidad química. ¿Cómo es posible que el nivel salino medio no supere el 3,4 %, cuando la cantidad de sales que lluvias y ríos arrastran hacia los océanos cada 80 millones de años es idéntica a toda la actualmente contenida en ellos? De haber continuado este proceso, el agua de los océanos, completamente saturada de sal, hubiera llegado a ser mortífera para cualquier forma de vida. ¿Por qué entonces los mares no son más salados? Lovelock asegura que, desde el comienzo de la vida, la salinidad ha estado bajo control biológico: Gaia ha servido de filtro invisible para hacer desaparecer la sal en la misma medida en que la recibe.

Este increíble equilibrio que se da entre lo inerte y lo vivo y que conforma la unidad del planeta como sistema, debe ser preservado. La ciencia de la ecología nos advierte de ello, y nos urge a tomar medidas preventivas para que nuestro planeta no quede destruido.

 

 

¿Y QUIEN SALVARA LA TIERRA? (***)

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(Entrevista con el padre de la teoría Gaia, James Lovelock)

¿Y quién salvará la Tierra? Si James Lovelock cree que nadie puede hacerlo, por lo menos en los próximos 50 años, entonces hay mucho de qué preocuparse. El problema -usted ha oído hablar antes de esto- es el calentamiento global, agravado por la ignorancia colectiva acerca de este fenómeno.

Yo no creo que ni siquiera el mundo de los ambientalistas está lo suficientemente consciente de este peligro, dice James Lovelock, el gurú del medio ambiente, quien a sus 80 años es considerado como uno de los más importantes y controvertidos científicos del siglo XX.

Lovelock dialogó en exclusiva con Tierramérica en Londres, después de la presentación de su esperada autobiografía Homenaje a Gaia: la vida de un científico independiente.

¿Gaia? Gaia o Naturaleza, o como usted quiera llamarla, dice Lovelock. Fue el Premio Nobel de Literatura Willliam Golding quien usó el nombre de Gaia (una diosa griega) para bautizar la teoría de Lovelock. En pocas palabras, esta hipótesis describe a la Tierra como un planeta capaz de regularse por sí mismo de tal forma que siempre esté apto para la vida.

Han pasado 35 años desde que se lanzó esta teoría, nos recuerda Lovelock. Y es generalmente aceptada como una ciencia de sistemas, pese a que a muchos críticos no les gusta el nombre. Durante mucho tiempo los geólogos y los biólogos trabajaron por su lado, cada uno pensando que estaba en lo correcto. Apenas ahora están actuando juntos y bajo el marco de esta teoría.

Lovelock, quien dirigió la creación del horno micro-ondas e inventó un dispositivo para detectar los CFCs (clorofluorocarbonos) causantes del adelgazamiento de la capa de ozono, está considerado por muchos como el padre del movimiento verde. Pero no es una paternidad que le plazca. Hablando políticamente, yo no considero a los verdes necesariamente necesarios, dice Lovelock. Ellos no tienen habilidades políticas. Quien puede luchar a favor del medio ambiente es el político común, quien es más inteligente de lo que la mayoría de gente piensa.

La mayor parte de políticos alrededor del mundo conocen los problemas del calentamiento global, dice Lovelock. Aunque ellos tienen también sus propias limitaciones, sobre todo a la hora de evaluar el daño al medio ambiente: pienso que es como un carro colina abajo con una falla en los frenos. Todo lo que usted realmente puede hacer es sacar el pie del acelerador. Porque no hay duda de que el calentamiento global existe y de que nosotros somos responsables de éste.

No será peor que las guerras. El Panel Internacional sobre Cambio Climático reveló que, al analizar un período que abarca los últimos mil años, sólo durante los últimos 150 el patrón del clima ha mostrado un repentino calentamiento. Hoy en día el daño es tan serio que aún si detuviésemos la quema de los combustibles fósiles el calentamiento continuaría todavía por otros 50 años, asegura Lovelock.

Habitantes de las costas, ¡estén atentos! Una de las consecuencias más dañinas del cambio climático serían las inundaciones, debido al aumento del nivel del mar. Londres habría estado seriamente inundado ocho veces hasta ahora si no fuera por la barrera del Támesis, dice el científico.

Pero otras tierras, según él, pueden no contar con tal protección. Las inundaciones pueden ser más agudas en Bangladesh: aquí tenemos un doble problema. El nivel del mar sube, el mar se calienta más, hay más evaporación y por consiguiente más lluvia, lo que, a su vez, provoca más inundaciones.

Plantar árboles tampoco es una solución, cree Lovelock. Los árboles pueden absorber una gran cantidad de dióxido de carbono, sin embargo, nuevas investigaciones demuestran que los árboles absorberán más luz del sol y calor que el suelo cubierto por ellos y esto sólo contribuirá más al calentamiento global.

Pese a todo, Lovelock sí logra vislumbrar un rayo de luz en el oscuro panorama que pinta: el calentamiento global causará una crisis pero no necesariamente una crisis fatal. Podría no ser peor que la hambruna y las guerras y otros desastres; será algo con lo que la gente deberá aprender a vivir.

Una de las más grandes causas del calentamiento global es la quema de carbón, dice Lovelock. Y existe una cantidad horrible de carbón a nuestro alrededor. Si hay un incremento en el uso del carbón el problema empeoraría más y más.

Por ello, el científico ambientalista continúa siendo enfático al promocionar el poder nuclear como fuente de energía. Los franceses han sido muy inteligentes al conseguir toda su energía de las fuentes nucleares. No hay duda de que las plantas nucleares conllevan un riesgo pero no hay sistema energético que no lo haga, dice. Hay grandes represas que estallan muy a menudo pero nunca decimos 'no usemos la hidroelectricidad porque una represa podría reventar'. Las energías solar y eólica no son salidas realistas. El poder nuclear es la única solución práctica real pero ha habido una reacción histérica al respecto.

El gran gurú no terminó la entrevista sin sus conocidas contradicciones. Es la quema del carbón en el Este lo que está dañando la Tierra más que la Francia nuclear. Pero es en el Este donde la gente está más en contacto con la Tierra, mientras en Occidente quieren tratarla como a un gran jardín. El Este necesita enviar este mensaje a Occidente. Sin embargo, nos tememos que, ni en uno ni en otro lado, hay suficiente gente escuchando.

IMAGENES

01: James Lovelock, el padre de la Hipótesis Gaia. | 02: Torrente vivo.| 03: Planeta Tierra. | 04: La Diosa Gaia, en la mitología griega



-Nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo-

Mientras seamos capaces de amar solamente a nuestra familia o nación, seremos incapaces de amar a los demás, estamos limitados por los lazos del cariño y de la patria, cuando hayamos roto los lazos de la sangre y nos hayamos afirmando nosotros mismos y nos bastemos, podremos convertirnos en servidores desinteresados de la humanidad, cuando el hombre ha llegado a ese estado, encuentra que ha ganado a todas las familias del mundo, porque todos seran para el sus hermanos, padres, madres, aquienes debe cuidar y ayudar...Todos Somos Uno

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